Como parte de los principios de recuperación de terrenos degradados que aplica Meristema, lo principal es recuperar las funciones ecológicas de cada sitio, secundariamente su estructura (densidad, cobertura y arquitectura) y tercero la composición, que no necesariamente corresponde a la original, sino a la que es capaz de desarrollarse sustentablemente en las nuevas condiciones ambientales resultantes de la perturbación.